TUTANKAMON, EL NIÑO FARAON
Egipto. Valle de los reyes, noviembre del año 1922.
El día que su mecenas, Lord Carnarvon, le comunica la retirada del apoyo económico y el cierre de la excavación, el arqueólogo Howard Carter, con la singular ayuda de una aguadora del valle, descubre una nueva tumba, quizá la que él más esperaba, la única de la dinastía XVIII no encontrada hasta entonces, la de Tutankamon. Aunque antes de entrar deben avisar a las autoridades, no resisten la tentación de comprobar si es la tumba del misterioso faraón, y se cuelan furtivamente en sus estancias. Allí confirman su gran hallazgo, están en la tumba del faraón niño. Pero, además de descubrir ¿cosas maravillosas ¿, se meten en un lío monumental. Accionan, sin querer, un misterioso mecanismo y abren un pasadizo al inframundo. Por allí llega la monstruosa Ammyt persiguiendo a la momia de Tutankamon que no ha podido superar el juicio de Osiris ni llegar a los campos de Aaru (el paraíso egipcio) porque le falta su corazón. Conmovida por la generosidad que demuestran la momia y sus nuevos amigos, Ammyt les da unas horas para que busquen el corazón perdido, y la posibilidad de hacerlo en el presente o en el pasado, por si fue entonces cuando se extravió. La aguadora aprovecha esa mágica oportunidad y viaja al antiguo Egipto donde disparatadas peripecias la llevarán a descubrir la causa de la misteriosa desaparición del corazón de Tutankamon.